sábado, 28 de febrero de 2015

Louise Bourgeois y su obra Maman



A lo largo de una carrera que abarcó casi siete décadas, Louise Bourgeois creó un corpus de obra rico y siempre innovador que se entrecruzó con algunos de los principales movimientos vanguardistas del siglo XX, como el Surrealismo, el Expresionismo Abstracto y el Posminimalismo, sin renunciar a su propia visión creativa. 
Aunque la obra de Bourgeois abarca la pintura, el dibujo, el grabado y la performance, la artista es más conocida por sus esculturas, ya sean íntimas o monumentales, en las que empleó diversos materiales, como la madera, el bronce, el látex, el mármol y el tejido. 
Su trabajo es muy personal, con frecuentes referencias a una dolorosa infancia marcada por un padre infiel y una madre cariñosa pero cómplice de la situación, y al mismo tiempo tiene un carácter universal, ya que encara el reto agridulce de ser un ser humano. Hay que tener en cuenta que la madre de Louise se enferma de influenza y su esposo comienza a tener amoríos con otras mujeres, en especial con Sadie (la maestra y niñera de Bourgeois). Louise estaba muy atenta y vigilaba la situación. Fue en este momento cuando la autora comenzó a engancharse con dobles estándares relacionados con el género y la sexualidad, los cuales se hacen presentes en casi todo su trabajo. Ella recuerda a su padre diciéndole "te amo" en repetidas ocasiones a su madre a pesar de sus infidelidades.
La escultura MAMAN ( mamá) hace alusión a la fuerza de su madre, con metáforas de tejidos, nutrición y protección.
"La Araña es una oda a mi madre. Ella era mi mejor amiga. Como una araña, mi madre era tejerdora. Mi familia estaba en el negocio de restauración de tapices, y mi madre estaba a cargo del taller. Igual que las arañas, mi madre era muy astuta. Las arañas son presencias agradables que comen mosquitos. Sabemos que los mosquitos esparcen enfermedades y por lo tanto, no son bienvenidos. Entonces, las arañas son proactivas y de mucha ayuda, justo como lo era mi madre".
Mamá (Maman) es una de las esculturas más ambiciosas de Bourgeois y pertenece a una serie inspirada en la araña, motivo que apareció por primera vez en varios dibujos realizados por la artista en la década de 1940 y que ocupó un lugar central en su obra durante la década de 1990. 
Las arañas, que Bourgeois presenta como un homenaje a su madre, ponen de manifiesto la duplicidad de la naturaleza de la maternidad: la madre es protectora y depredadora al mismo tiempo. La araña utiliza la seda tanto para fabricar el capullo como para cazar a su presa, así que la maternidad encarna fortaleza y fragilidad. Estas ambigüedades se ven intensamente reflejadas en esta Mamá gigantesca, que se sostiene ominosamente sobre unas patas que semejan arcos góticos y que funcionan al mismo tiempo como jaula y como guarida protectora de una bolsa llena de huevos que se encuentran peligrosamente adheridos a su abdomen.
La obra, en Buenos Aires, en el 2011

Maman es una pieza de bronce-acero inoxidable-y-mármol y mide más de nueve metros de alto. 
Es una escultura de la cual se produjeron subsecuentemente seis réplicas de bronce. Al principio hizo una aparición como parte del comisionado de Bourgeois para la serie Unilever para el Turbine Hall del Tate Modern en el 2000. 
Es la escultura arácnida más grande construida por Bourgeois. Sus cuatro pares de patas crean un espectacular e intrincado juego de ritmos sinuosos. Además de esos ritmos, sorprenden e imantan las formas de la cabeza y las glándulas abdominales del arácnido pulmonado. El despliegue de rejillas, oquedades y tirantes nérveos que dan cobijo a piedras en su interior de diferentes tamaños. La artista está percibiendo su obra desde el interior. Esta idea de percibir la obra creativamente desde el interior puede constatarse a través de una obra suya, fechada en 1963, titulada Hada costurera


La pieza es propiedad del Guggenheim neoyorquino y puede verse en el museo de Bilbao.
    Vale la pena contemplar la araña desde distintos puntos de vista. Desde todos ellos se yergue majestuosa la pieza. Lo mismo desde la otra orilla de la Ría, como cuando se mira desde el tercer piso del interior del Guggenheim. Situados en este observatorio, atisbamos cómo el agua de la Ría pasa a través de los intersticios de las glándulas abdominales integrándose la pieza, de manera dulce y armoniosa, con el lugar.



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