Definición de Manifiesto
Del latín MANIFESTUS, es un documento o escrito a través del cual se hace pública una declaración de propósitos o doctrinas. Los manifiestos suelen aparecer en el ámbito de la política o del ARTE
Manifiesto en arte
A partir de las vanguardias, el manifiesto, dentro del arte, suele llamarse a una expresión reivindicatoria que simboliza la voluntad de estilo de un grupo de artistas o de un nuevo movimiento. Puede ser un escrito que se publica, como el MANIFIESTO FUTURISTA de Filippo Tommaso Marinetti (20 de febrero de 1909 Le Figaro), o el MANIFIESTO NEOPLASTICISTA de Piet Mondrian (1917 De Stijl), o el PRIMER MANIFIESTO de Tristan Tzara (1918), o el MANIFIESTO SURREALISTA de André Bretón (1924); o puede ser una obra de arte que se considera que simboliza y resume lo que ese movimiento propone, por ejemplo: le Dejuner sur l'herbe de Manet (1862) para el impresionismo o Les Demoiselles d'Avignon (1907) de Picasso para el cubismo
En Argentina surge el Arte MADÍ
Rhod Rothfuss: Carlos María Rothfuss nació en Montevideo en 1920. En 1938 ingresó en el Círculo de Bellas Artes y en los ´40 estudió en la Academia de Bellas Artes, en su ciudad natal. En 1944 integró el grupo editor de la revista “Arturo” donde se publicó su artículo: “El marco: un problema de la plástica actual”. En 1946 fundó el Movimiento Madí junto a Gyula Kosice y Arden Quin, entre otros. Con el grupo participó en la 1º,2º y 3º Expòsición Madí. Desde 1945 a 1950 se dedicó a la creación de esculturas abstractas con algunos componentes practicables y utilizó rombos y figuras geométricas irregulares en sus pinturas. Falleció el 31 de diciembre de 1969 en Uruguay.
Arden Quin: Nació en Rivera, Uruguay en 1913. Fue un gran artista plástico que se destacó en pinturas y esculturas. En 1932 tomó sus primeras clases de pintura en Livramento, Brasil. En noviembre de 1936 exhibió por primera vez sus formas planas de colores primarios en la Exposición colectivas de artes plásticas. En 1938 se instaló en Buenos Aires para estudiar filosofía y letras. En 1939 conoció a Rhod Rothfuss en el Círculo de Bellas Artes de Montevideo.
Gyula Kosice: Nació en 1924 en Checoslovaquia, y emigró a la Argentina a los 4 años. Fue uno de los iniciadores del arte abstracto no figurativo en América Latina. Utilizó por primera vez en el plano mundial el agua y el gas neón como parte de sus obras artísticas. A lo largo de su vida, ha realizado esculturas monumentales, recorridos hidroespaciales e hidromurales, entre otras cosas. En 2005 hizo de su taller un museo. Es el propulsor de las esculturas hidrocinéticas, que combinan 4 elementos: agua, aire, neón y acrílico.
Una de sus invenciones más reconocidas y sorprendentes son las ciudades hidroespaciales. Esta idea surgió porque, según él, en el futuro el mundo estará superpoblado, y la humanidad se verá en la necesidad de habitar el espacio y el mar. Es así que gracias a la división de la molécula de agua (H2O), dichas ciudades quedarían suspendidas por el hidrógeno (H), y el oxígeno (O) permitiría la vida en ellas.
Arden Quin: Nació en Rivera, Uruguay en 1913. Fue un gran artista plástico que se destacó en pinturas y esculturas. En 1932 tomó sus primeras clases de pintura en Livramento, Brasil. En noviembre de 1936 exhibió por primera vez sus formas planas de colores primarios en la Exposición colectivas de artes plásticas. En 1938 se instaló en Buenos Aires para estudiar filosofía y letras. En 1939 conoció a Rhod Rothfuss en el Círculo de Bellas Artes de Montevideo.
Gyula Kosice: Nació en 1924 en Checoslovaquia, y emigró a la Argentina a los 4 años. Fue uno de los iniciadores del arte abstracto no figurativo en América Latina. Utilizó por primera vez en el plano mundial el agua y el gas neón como parte de sus obras artísticas. A lo largo de su vida, ha realizado esculturas monumentales, recorridos hidroespaciales e hidromurales, entre otras cosas. En 2005 hizo de su taller un museo. Es el propulsor de las esculturas hidrocinéticas, que combinan 4 elementos: agua, aire, neón y acrílico.
Una de sus invenciones más reconocidas y sorprendentes son las ciudades hidroespaciales. Esta idea surgió porque, según él, en el futuro el mundo estará superpoblado, y la humanidad se verá en la necesidad de habitar el espacio y el mar. Es así que gracias a la división de la molécula de agua (H2O), dichas ciudades quedarían suspendidas por el hidrógeno (H), y el oxígeno (O) permitiría la vida en ellas.
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Manifiesto Madí
Se reconocerá por arte Madí la organización de elementos propios de cada arte en su continuo. En ello está contenida la presencia, la ordenación dinámica móvil, el desarrollo del tema propio, la ludicidad y pluralidad como valores absolutos, quedando por lo tanto abolida toda injerencia de los fenómenos de expresión, representación y significación.
El dibujo Madí es una disposición de puntos y líneas sobre una superficie.
La pintura Madí, color y bidimensionalidad. Marco recortado e irregular, superficie plana y superficie curva o cóncava. Planos articulados, con movimiento lineal, rotativo y de traslación.
La escultura Madí, tridimensioanalidad, no color. Forma total y sólidos con ámbito, con movimiento de articulación, rotación, traslación, etc.
La arquitectura Madí, ambiente y formas móviles, desplazables.
La música Madí, inscripción de sonidos en la sección áurea.
La poesía Madí, proposición inventada, conceptos e imágenes no traducibles por otro medio que no sea el lenguaje. Suceder conceptual puro.
El teatro Madí, escenografía móvil, diálogo inventado.
La novela y cuento Madí, personajes y acción sin lugar ni tiempo localizados o en lugar y tiempo totalmente inventados.
La danza Madí, cuerpo y movimientos circunscriptos a un ambiente medido, sin música.
En los países que alcanzaron la etapa culminante de su desarrollo industrial, el viejo estado de cosas del realismo burgués desaparecido casi totalmente, en ellos el naturalismo se bate en retirada y se defiende muy débilmente.
Es entonces, cuando la abstracción, esencialmente expresiva, romántica, ocupa su lugar. En este orden están involucradas las escuelas de arte figurativo desde el cubismo hasta el surrealismo. Tales escuelas han respondido a necesidades ideológicas de la época y sus realizaciones son aportes inestimables a la solución de los problemas planteados a la cultura de nuestros días. No obstante ello, su tiempo histórico debe darse por pasado. Por otro lado su insistencia en el tema “exterior” a sus cualidades propias es un retroceso al servicio del naturalismo contra el verdadero espíritu constructivo que se extiende por todos los países y culturas, como es el caso del expresionismo, surrealismo, constructivismo, etc.
Con lo concreto –que, en realidad, es un gajo más joven de ese espíritu abstraccionista– se inicia el gran período del Arte No Figurativo, donde el artista, sirviéndose del elemento y su respectivo continuo, crea la obra en toda su pureza, sin hibridaciones y objetos extraídos a su esencia. Pero en “lo concreto” hubo falta de universalidad y consecuencia de organización. Se cayó en hondas e insalvables contradicciones. Se conservaron los grandes vacíos y tabúes del arte antiguo, como ser en la pintura, escultura, poesía, etc., respectivamente la superposición, marco rectangular, atematismo plástico; lo estático, la interferencia entre volumen y ámbito; proposiciones e imágenes gnoseológicas y traducibles gráficamente. La consecuencia de ello fue que el arte concreto no pudo oponerse seriamente, por intermedio de una teoría orgánica y práctica disciplinaria, a los movimientos instruccionistas, que, como el surrealismo, han ganado para sí todo el universo. De ahí el triunfo a pesar de todas las condiciones en contrario, de los impulsos instintivos contra la reflexión, de la intuición contra la conciencia; de la revelación del subconsciente contra el análisis frío, el estudio y la detención rigurosa del creador ante las leyes del objeto a construir; del simbolismo, de lo hermético, de la magia contra la realidad; de la metafísica contra la experiencia.
En cuanto a la teoría y conocimiento del arte, campea en ellos la descripción subjetiva, idealista, reaccionaria.
Resumiendo, el arte antes de Madí:
Un historicismo escolástico, idealista.
Una concepción irracional.
Una técnica académica.
Una composición unilateral, estática, falsa.
Una obra carente de verdadera esencialidad.
Una conciencia paralizada por sus contradicciones sin solución; impermeabilizada a la renovación permanente de la técnica y del estilo.
Contra todo ello se alza Madí, confirmando el deseo fijo, absorbente del hombre de inventar y construir objetos dentro de los valores absolutos de lo eterno, junto a la humanidad en su lucha por la construcción de una nueva sociedad sin clases, que libere la energía y domine el espacio y el tiempo en todos sus sentidos y la materia hasta sus últimas consecuencias. Sin descripciones fundamentales referentes a la totalidad de la organización no es posible construir el objeto ni hacerlo penetrar en el orden constante de la creación. Es así como el concepto invención queda definido en el campo de la técnica y el de creación como una esencia definida totalmente.
Para el madismo, la invención es un “método” interno, superable, y la creación una totalidad incambiable. Madí, por lo tanto, INVENTA Y CREA.
Buenos Aires, 1946
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