"No se busca la felicidad, se encuentra. Aparece cuando menos la esperábamos y es huidiza, quebrantable, embaucadora. Como la luz de las mañanas, como el ruido del mar, como el amor desordenado, las hojas de los árboles o el azul de los volcanes.
Uno puede recontar sus momentos de felicidad, aunque no siempre pueda explicarlos y no a todos les resulten deseables. Quien se apasiona por el mar es feliz de sólo verlo, quien lo teme o le parece prescindible pasa frente a la orilla de su prodigio sin conmoverse. Quien juega a la lotería goza con el atisbo de un premio. Quien siente que su vida está signada por el azar vive jugando a la lotería, y entreverada con la diaria existencia se va encontrando la felicidad. A cualquier hora, como una gota de agua: en el aire o al fondo de un abismo.
(...) No se busca la felicidad, se encuentra."
Angeles Mastretta en "El cielo de los leones"
Uno puede recontar sus momentos de felicidad, aunque no siempre pueda explicarlos y no a todos les resulten deseables. Quien se apasiona por el mar es feliz de sólo verlo, quien lo teme o le parece prescindible pasa frente a la orilla de su prodigio sin conmoverse. Quien juega a la lotería goza con el atisbo de un premio. Quien siente que su vida está signada por el azar vive jugando a la lotería, y entreverada con la diaria existencia se va encontrando la felicidad. A cualquier hora, como una gota de agua: en el aire o al fondo de un abismo.
(...) No se busca la felicidad, se encuentra."
Angeles Mastretta en "El cielo de los leones"
Ilustración Sonja Wimmer
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